05 septiembre 2021

REFLEXION P. GREGORIO - SONREIR CURA

 


Más allá de la medicina o de las terapias alternativas, existe un elemento casi mágico que ayuda a curar enfermedades. Todos podemos utilizarlo y está a nuestro alcance: es la sonrisa. Numerosos son los estudios que demuestran que el estado de ánimo de las personas influye claramente en la recuperación de algunas enfermedades. Como terapia, la sonrisa tiene múltiples beneficios.

De hecho, el humor es un poderoso recurso para superar y crecer en la adversidad porque nos permite relativizar  y rebajar su carga de dramatismo. Se hace preciso llevar el humor a las habitaciones de los centros sanitarios, tanto a pequeños como a mayores. Los elementos que hacen que la sonrisa tenga magia no son sólo psicológicos, también físicos. Numerosas investigaciones detallan que sonreír provoca que el organismo libere sustancias que ayudan a vencer la tristeza, la depresión y la ansiedad, como la adrenalina, el cortisol, la dopamina, las endorfinas y la serotonina.

La sonrisa aumenta el riego sanguíneo y la frecuencia cardíaca, contribuyendo a reducir el riesgo de la hipertensión. Una carcajada puede incluso duplicar la capacidad pulmonar.  Además, ayuda a quemar calorías y aumenta el nivel de inmunoglobulinas. Algunos dicen que sonreír provoca arrugas; se trata de un mito, pues la sonrisa tonifica los músculos de la cara, el tórax y el abdomen.

Así, pues, como dijo Charles Chaplin, “un día sin sonreír es un día perdido”. Lo más importante que tiene la sonrisa, cuando va dirigida a otra persona, es la transmisión de una vigorosa sensación de compañía. Algo tan simple como sonreír hace que la otra persona sienta que no está sola en el “hormiguero” de gente que va y viene en medio de las calles de una gran ciudad.

Muchas conversaciones con personas que no conocemos comienzan con un intercambio de sonrisa. Porque la sonrisa es un puente perfecto para la comunicación. Es también una parte de la magia. Es la sensación de bienestar acompaña a tantas persona que no pasan por buenos momentos.

La sonrisa tiene muchos más efectos, como proyectar una imagen más segura de quien la ofrece y, a la vez,  aumentar la confianza en uno mismo. El optimismo y la alegría nos ayudan a establecer vínculos sociales y a mantenerlos. Es, por tanto, un arma muy poderosa.

Tanto que incluso puede ayudarte a ti mismo a superar un momento difícil. No importa las adversidades que estén haciendo acto de aparición en tu vida. Una sonrisa puede darte las fuerzas necesarias para seguir adelante, para motivarte cuando todo te inste a no salir ni de la cama. Es la mejor de las medicinas que puedes regalarte a ti mismo y, también, a los demás.

Regalar sonrisas es algo efectivo que podemos hacer para desconectar de la rutina. Nos saca la negatividad de los problemas y nos cambia el punto de vista para enfrentarnos al día a día. Es como si cambiaras los polos de negativo a positivo, y no requiere de ningún esfuerzo.

 “Recuerda sonreír, incluso cuando este lloviendo fuera, y si sigues sonriendo, el sol mostrará pronto su cara y te devolverá la sonrisa”

Si te animas a regalar sonrisas en tu vida cotidiana, adelante. Verás que los resultados son infalibles y realmente mágicos. Sonríe al panadero, al cajero del supermercado y hasta a tu compañero de asiento. Te darás cuenta en breve de que la sonrisa es un motor de buenas emociones y que contagia el buen clima a tu alrededor.

 

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