SABADO SANTO 8 de Abril 2023
Sepultura del Señor.
Mateo 28, 1-10: Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: ¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro? Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo: No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mitad el sitio donde lo pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo.
INVITADOS A REFLEXIONAR
Paso abierto del dolor a la Gloria. Tránsito de la muerte a la vida. La luz triunfa sobre las tinieblas. El pecado ha sido vencido. La muerte ha perdido la batalla. La VIDA se impone con todo su poder redentor.
Hoy termina un ciclo en la vida del ser humano. La inevitabilidad histórica, que nos llevaba a los dominios del abismo, ha sido superada por la ley del amor. La muerte de Cristo nos ha dejado en silencio. Hemos contemplado la lucha titánica para vencer al enemigo. La victoria está cercana. La humanidad espera impaciente que el mundo va a cambiar.
Los “pilatos” ya no necesitan lavarse las manos. Cristo comienza lavando los corazones.
Las “verónicas” no necesitan limpiar rostros ensangrentados. Cristo nos ha limpiado con su sangre redentora.
Los “judas” poco tienen que hacer besando con hipocresía. Cristo nos besa cuando gozamos de la Eucaristía.
Los “pedros” no precisan negar que conocen a Jesús. Cristo nos conoce en plenitud y se sabe de memoria nuestro nombre.
Los “barrabases” pueden dejar de sumergirse en sus fechorías. Cristo les ama, les libera y les salva.
Los “cireneos” pueden descansar del peso de la cruz. Cristo ha tomado nuestra carga y nos libera de nuestras angustias.
Los “emauses” pueden superar su desesperación. Cristo ya les sale al encuentro para llenarlos de luz y de paz.
Las “plañideras” del camino del calvario pueden secar sus lagrimas. Cristo las consuela y las colma de felicidad sólo con mirarlas.
Los “lázaros” ya no volverán a morir. Cristo les ha regalado la vida eterna.
Los “centuriones” no necesitan preguntarse si era Dios. Cristo les ha abierto de par en par las puertas de su Reino.
Los “apóstoles” no necesitan huir para salvar su pellejo. Cristo les ha fortificado para que sean testigos de su Resurrección.
Los “sacerdotes” ya no tienen que buscar sacrificios, preceptos, ritos. Cristo, Camino. Verdad y Vida, llena corazones cerrados y mentes ofuscadas.
Estamos preparados para la noche de la luz, del fuego, de la alegría, de la sorpresa, del regocijo, del triunfo de la VIDA. El mejor pregón pascual será el sermón de nuestras vidas, el cambio de nuestros temores, la superación de nuestras debilidades. Todos podemos resucitar esta noche con Cristo. P. Gregorio Mateu
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