DOMINGO 29 DE AGOSTO 2021
Del Evangelio según Marcos 7,14-23: Llamó otra vez a la
gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando
en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina
al hombre. Quien tenga oídos para oír, que oiga.» Y cuando, apartándose de la
gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola. Él les
dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que
todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, pues no entra en
su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» -así declaraba puros
todos los alimentos-. Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina
al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones
malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades,
fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas
perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»
Reflexión
• El Evangelio de hoy es la continuación
del asunto que meditamos ayer. Jesús ayuda a la gente y a los discípulos a
entender mejor el significado que la pureza tiene ante Dios. Desde siglos, para
no volverse impuros, los judíos observaban muchas normas y costumbres
relacionadas con comida, bebida, ropa, higiene del cuerpo, lavado de los vasos,
contacto con personas de otra religión y raza, etc. No tenían permiso para entrar
en contacto con los paganos y para comer con ellos. En los años 70, época de
Marcos, algunos judíos convertidos decían: “Ahora que somos cristianos tenemos
que abandonar estas costumbres antiguas que nos separan de los paganos
convertidos.” Pero otros pensaban que debían continuar a observar estas leyes
de la pureza. La actitud de Jesús, descrita en el evangelio de hoy, nos ayuda a
superar el problema.
• Marcos 7,14-16: Jesús abre un nuevo
sendero para que la gente se acerque a Dios. Dice a la multitud: “¡Todo lo que
de fuera entra en el hombre no puede contaminarle!”. Jesús invierte las cosas:
lo impuro no viene de fuera para dentro, como enseñaban los doctores de la ley,
sino de dentro para fuera. De este modo, nadie más precisa preguntarse si esta
o aquella comida o bebida es pura o impura. Jesús coloca lo puro y lo impuro a
otro nivel, a nivel del comportamiento ético. Abre un nuevo sendero para llegar
hasta Dios y, así, realiza el deseo más profundo de la gente.
• Marcos 7,17-23: En casa m casa, los
discípulos piden explicación. Los discípulos no entendieron bien lo que Jesús
quería decir con aquella afirmación. Cuando llegaron a casa pidieron una
explicación. A Jesús le extraño la pregunta de los discípulos. Pensaba que
habían entendido la parábola. En la explicación a los discípulos va hasta el
fondo de la cuestión de la pureza. ¡Declara puros todos os alimentos! Es decir:
ningún alimento que entra en el ser humano puedo volverlo impuro, pues no va
hasta el corazón, sino que va al estómago y termina de nuevo fuera del ser
humano. Sino que lo que vuelve impuro, dice Jesús, es aquello que sale del
corazón para envenenar la relación humana. Y enumera: prostitución, robo,
asesinato, adulterio, ambición, etc. Así, de muchas maneras, por la palabra,
por la convivencia, Jesús fue ayudando a las personas a ver y a conseguir la
pureza de otra manera. Por la palabra, purificaba a los leprosos, expulsaba a
los espíritus impuros, y vencía la muerte que era fuente de toda impureza.
Gracias a Jesús que la toca, la mujer excluida como impura queda curada. Sin
miedo a ser contaminado, Jesús come junto con las personas consideradas
impuras.
• Las leyes de la pureza en el tiempo de
Jesús. La gente de aquella época se preocupaba mucho por la pureza. La ley y
las normas de la pureza indicaban las condiciones necesarias para que alguien
pudiera presentarse ante Dios y sentirse en su presencia. No era posible
presentarse ante Dios de cualquier manera. Pues Dios es Santo. La Ley decía:
“¡Sed santos, porque yo soy santo!”. Los impuros no podían llegar cerca de Dios
para recibir de él la bendición prometida a Abrahán. La ley de lo que es puro e
impuro se escribió después del cautiverio en Babilonia, unos 800 años después
del Éxodo, pero tenía sus raíces en la mentalidad y en las antiguas costumbres
del pueblo de la Biblia. Una visión religiosa y mítica del mundo llevaba a la
gente a apreciar cosas, animales y a las personas, desde la categoría de la
pureza.
En el contexto de la dominación persa,
siglos V y IV antes de Cristo, ante la dificultad de reconstruir el templo de
Jerusalén y para la supervivencia del clero, los sacerdotes que estaban en el
gobierno del pueblo de la Biblia ampliaron las leyes de la pureza y la
obligación de ofrecer sacrificios de purificación por el pecado. Así, después
del parto, de la menstruación o de la cura de una hemorragia, las mujeres
debían ofrecer sacrificios para recuperar la pureza. Los leprosos o quienes
entraban en contacto con cosas y animales impuros también debían ofrecer
sacrificios. Una parte de estas ofrendas quedaba para los sacerdotes. En el
tiempo de Jesús, tocar un leproso, comer con un publicano, comer sin lavarse
las manos, y tantas otras actividades, etc.: todo esto volvía impura a la
persona, y cualquier contacto con esta persona contaminaba a los demás. Por
esto, las personas “impuras” debían ser evitadas. La gente vivía con miedo,
amenazada siempre por tantas cosas impuras que amenazaban su vida. Estaba
obligada a vivir desconfiando de todo y de todos. Ahora, de repente, ¡todo cambia!
A través de la fe en Jesús, era posible conseguir la pureza y sentirse bien
ante Dios, sin que fuera necesario observar todas aquellas leyes y normas de la
“Tradición de los Antiguos”. ¡Fue una liberación! ¡La Buena Nueva anunciada por
Jesús sacó a la gente de la defensiva, del miedo, y le devolvió las ganas de
vivir, la alegría de ser hijo y hija de Dios, sin miedo a ser feliz!
Para la relación personal
• En tu vida, ¿hay costumbres que
consideras sagrados y otros que consideras no sagrados? ¿Cuáles? ¿Por qué?
• En nombre de la Tradición de los
Antiguos, los fariseos olvidaban el Mandamiento de Dios. Esto ¿acontece hoy?
¿Dónde y cuándo? ¿También en mi vida?
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