22 febrero 2024

TEMA P. GREGORIO

 





¿Qué HACER?

Cada minuto alguien deja este mundo atrás.
Todos estamos en “la fila” sin saberlo.
Nunca sabremos cuántas personas están delante de nosotros.
No podemos movernos al fondo de la fila. 
No podemos salirnos de la fila. 
No podemos evitar la fila. 

Así que mientras esperamos en línea. 

Haz que los momentos cuenten.
Haz sitio a las prioridades.
Da valor y aprovecha el tiempo. 
Da a conocer tus cualidades. 
Haz que la gente se sienta importante. 
Haz oír tu voz.
Haz  cosas grandes de cosas pequeñas.
Haz sonreír a alguien.
Haz el cambio.
Proyecta amor.
Haz la Paz. 
Arréglate. 
Asegúrate de decirle a tu gente que les amas.
Asegúrate de no tener arrepentimientos.
Asegúrate de estar listo.

30 enero 2024

TEMA POSTUMO P. GREGORIO

 

El arte de hablar

Sí, hablar es fácil, pero CALLAR, requiere prudencia y dominio. Cristo como hombre, estuvo callado vivió en silencio e ignorado durante treinta años, para poder hablar como Dios por espacio de tres años solamente.

La Palabra de Cristo al promulgar su obra redentora, fue amable, atrayente, pero decisiva penetrante y convincente. Llamó al pan, pan, y al vino, vino sin rodeos y con sencillez. Pero cuando calló, no se defendió contra las infamias, calumnias, acusaciones, injusticias, atropellos y crímenes. Porque es inútil y contraproducente hablar a personas de antemano predispuestas.

Nos dio los siguientes ejemplos:

Hablar oportunamente, es ACIERTO
Hablar frente al enemigo, es CIVISMO
Hablar ante una injusticia, es VALENTÍA
Hablar por rectificar, es un DEBER
Hablar para defender, es COMPASIÓN
Hablar ante un dolor, es CONSOLAR
Hablar para ayudar a otros, es CARIDAD
Hablar con sinceridad, es RECTITUD
Hablar de sí mismo, es VANIDAD
Hablar restituyendo fama, es HONRADEZ
Hablar aclarando chismes, es OBLIGACIÓN
Hablar disipando falsedades, es de CONCIENCIA
Hablar debiendo callar, es NECEDAD
Hablar por hablar, es TONTERÍA
Hablar de Dios, significa MUCHO AMOR.

 

24 enero 2024

TEMA POSTUMO P. GREGORIO

 

Un guardameta devoto

Un famoso portero de fútbol de prestigio internacional visitó una tarde el colegio de los Jesuitas de Indaucho, en Bilbao (España), cuando los estudiantes se hallaban rezando el Rosario en la Capilla. Se arrodilló en los últimos bancos para no llamar la atención de los muchachos, rezando también a la Madre común. Uno de los preceptores se dio cuenta de la presencia del gran futbolista y le invitó a dirigir una decena.

Los chavales se quedaron estupefactos al ver a su ídolo que subía al presbiterio para hablarles. El «sermón» del guardameta fue espontáneo y cordial y entró como un balonazo en el corazón de los chicos. Sus palabras fueron éstas, aproximadamente:

«Hay que rezar, muchachos. Tenemos que parar, sea como sea, las tentaciones como el portero para el balón, y despejarlas lejos, muy lejos, hasta medio campo por lo menos. Si queremos ser algo en la vida tenemos que someternos a duros entrenamientos y a llevar una vida austera, y tenemos que aprender a obedecer. A mí, a veces, me costó mucho obedecer al médico, pues cuando estaba en el hospital el doctor me prohibió ver por la tele un partido porque me iba a poner nervioso... Hay que trabajar en equipo y no querer lucirnos nosotros sin saber dar juego a otros, para que gane el equipo. Hay un equipo mejor que el nuestro y es el equipo de los misioneros cuyo seleccionador es nuestro Señor Jesucristo. Y ese es el mejor fichaje. Lo importante es ganar esa final que no se repite, que es la salvación del alma, porque al final de la jornada aquel que se salva, sabe, y el que no, no sabe nada. La llegada al Ayuntamiento con la copa, cuando vencemos, me hace pensar en la entrada en el cielo, ganada la victoria definitiva.»

El «sermón» del guardameta no tuvo nada de tostón y causó un gran impacto en el ánimo de la muchachada que escuchó con emocionado silencio aquellas palabras sinceras y luminosas de su idolatrado portero. Algunos padres que lo oyeron también, se enjugaron disimuladamente unas lágrimas furtivas. Un hermano lego comentó entusiasmado: «Es también un buen delantero. Nos ha metido un gol como una catedral.»

 

19 enero 2024

TEMA POSTUMO DEL P. GREGORIO

 

“Sí al amor y no al egoísmo”

En su Carta a los gálatas, el apóstol Pablo anuncia las cualidades que el cristiano debe tener para desarrollar esta felicidad —“amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”—.

Juan, en su Evangelio, habla de los medios para conservarla, diciendo “sí al amor y no al egoísmo, digamos sí a la vida y no a la muerte, digamos sí a la libertad y no a la esclavitud de tantos ídolos”, como exhorta a menudo el papa Francisco, recordando la regla de oro que Dios ha inscrito en la naturaleza humana.

“Que cada uno examine su propia conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no en los demás, un motivo de satisfacción” (Gal 6,4)

“Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (Jn 15,10-11)

“Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense”, exhorta también san Pablo en su Carta a los filipenses.

 

16 enero 2024

TEMA DEL P. GREGORIO - PENDIENTE DE PONER

 


APRENDE A VIVIR

-Dale gracias a Dios por un día más de vida. Agradece siempre y siempre serás bendecido.

-Cree en ti, es la mejor receta para triunfar en la vida.

-Pelea, porque con el tiempo lo que hoy es difícil, mañana será un tesoro.

-Trabaja duro, HAZ lo que amas y AMA lo que haces, de eso se trata la vida.

-Comienza a hacer hoy lo que te acerca un poquito a dónde quieres estar mañana.

-Aprende a vivir en paz, con lo que sabes que es imposible cambiar.

-Alégrate si algo no regresa a ti... te ha dejado libre.

-Comienza hoy como cada día, con un corazón agradecido.

-Tienes derecho a equivocarte, a no saber algo, a que te duela. Tienes derecho a caer, pero nunca a quedarte tirado.

-De la cárcel del miedo, solo se sale con la llave del amor.

-La queja más amarga no es lo que nos pasó, sino lo que NO nos pasó. Las consecuencias de lo que hagas te perseguirán toda tu vida, las consecuencias de lo que no hagas... también.

-Entrega hoy todo lo que deseas recibir, amor, comprensión y afecto. Lo recibirás multiplicado por dos. Así es la vida.

-Si encuentras un camino sin obstáculos, posiblemente no te lleve a ningún lado.

-Si te critican no te desalientes, Solo a los árboles con frutas les lanzan piedras.

-Haz las paces con tu pasado, para que no te distraiga en tu presente.

-Mira siempre hacia delante para que sepas donde vas, hacia atrás para que no olvides de dónde vienes, debajo para que no pises a nadie, a los lados para ver quién te acompaña en momentos difíciles y arriba para que recuerdes que nunca estas sola, que Dios vela por ti.

-No olvides que tu vida es más grande que tus miedos y que tus fuerzas son mayores que tus dudas.

-No es la altura, ni el peso, ni los músculos, ni la belleza, lo que te hace una gran persona. Es el corazón y la humildad.

 

15 enero 2024

TEMA PENDIENTE DEL P. GREGORIO

 

 

Meditar con una sonrisa

Y como en la vida personal de todo cristiano el humor tiene un hueco, Joseph Folliet (1903-1972) –sacerdote, sociólogo, escritor francés y cofundador de los Compañeros de San Francisco– pensó en utilizar el humor para construir las “Pequeñas Bienaventuranzas” siguiendo el modelo de las del Evangelio, que se acercan más a nuestro tiempo.

La primera es probablemente la más conocida, pero las otras también son dignas de reconocimiento:

Bienaventurados los que se saben reír de sí mismos: siempre tendrán motivo de diversión.

Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una topera: se ahorrarán muchos quebraderos de cabeza.

Bienaventurados los que son capaces de descansar y dormir sin justificarse: serán sabios.

Bienaventurados los que miran dónde ponen el pie: evitarán muchos disgustos.

Bienaventurados los que saben callar y escuchar: ¡Aprenderán cosas nuevas!

Bienaventurados los que son lo bastante inteligentes como para no tomarse en serio: su entorno los apreciará.

Bienaventurados los que están atentos a la llamada de los demás sin creerse indispensables: serán sembradores de alegría.

Bienaventurados vosotros si sabéis mirar con seriedad las cosas pequeñas y con tranquilidad las cosas serias: llegaréis lejos en la vida.

Bienaventurados si sabéis admirar una sonrisa y olvidar una mueca: vuestra vida será luminosa.

Bienaventurados si podéis interpretar siempre con benevolencia las actitudes de los demás, aunque las apariencias sean contrarias: os tomarán por ingenuos, pero ese es el precio de la caridad.

Bienaventurados los que piensan antes de actuar y oran antes de pensar: evitarán hacer muchas tonterías.

Bienaventurados si sabéis callar y sonreír aunque os quiten la palabra, cuando os contradigan u os pisoteen: el Evangelio empieza a penetrar en vuestro corazón.

Bienaventurados sobre todo vosotros que sabéis reconocer al Señor en todos los que encontráis: habéis encontrado la verdadera luz, habéis encontrado la verdadera sabiduría.

 

14 enero 2024

TEMA GUARDADO DEL P. GREGORIO

 

¿Qué pasa en tu mente cuando perdonas?

 

Generalmente, estamos acostumbrados a tratar el perdón como un asunto relacionado con la dimensión moral de las personas. Así, el perdón haría referencia a una especie de purificación del alma o de la mente de la persona en relación con quien nos ha herido.

Sin embargo, puesto que somos una unidad, todas nuestras dimensiones (biológica, afectiva, social, psicológica, espiritual) están relacionadas entre sí, y lo que afecta a una de ellas, afecta a todas de una u otra manera.

Desde hace no muchos años, el perdón está siendo estudiado desde el punto de vista psicológico y fisiológico, comprobándose los efectos beneficiosos que tiene perdonar a los que nos han hecho daño.

Aunque se trata de un proceso que no se puede forzar (especialmente en los primeros momentos después de haber sufrido el agravio) sí que podemos intentar predisponernos para el perdón, recordando especialmente los beneficios directos que tiene sobre la persona que perdona en lo referente a la salud mental.

Reducción del estrés. Cuando no conseguimos perdonar, el cerebro interpreta como una amenaza incluso la sola presencia de la persona quien nos ha ofendido, activando las mismas reacciones físicas de alerta que se desencadenan ante las situaciones de peligro.

En cambio, cuando perdonamos la compasión y la generosidad que fomentamos nos hacen sentir bien y en paz con nosotros mismos, con lo que la actividad fisiológica de nuestro cuerpo se vuelve a estabilizar.

Mejora las relaciones son los demás. La presencia de quienes hemos etiquetado como “enemigos”, provoca en nosotros una necesidad de desconfiar de otras personas. El cerebro lanza un mensaje semejante a este: “Si esta persona me ha fallado, nada me garantiza que los demás no me vayan a fallar también”. Sin embargo, al perdonar, regresa nuestra percepción de seguridad en el entorno en el que nos movemos.

Mayor creatividad y agilidad mental. Todo el que mantiene algún resentimiento hacia otra persona, gasta mucha energía física y emocional, provocando un desgaste en la persona que le lleva a ejecutar peor las tareas en las que está implicada, y a tomar peores decisiones de toda índole.

Al perdonar, nuestra atención se vuelve a focalizar en nuestros proyectos e ilusiones, de forma que fluyen mejor las ideas y la creatividad.

Pasos para perdonar

Reconoce tu dolor y dale la importancia que tiene. No podrás perdonar si tratas de negar el dolor que has sentido. Pero tampoco te ayudará magnificarlo. Se trata de ver la ofensa en su justa proporción, evitando caer en el victimismo.

Recuerda las ocasiones en las que tú eres quien provocó el daño. Polarizar el mundo en buenos y malos no suele ser realista y, por lo tanto, no nos ayuda a mirar el problema con una perspectiva adecuada. Todos hemos herido a otros en alguna ocasión. Quien te ha herido, también ha hecho alguna cosa buena en su vida.

Comprende al otro. La persona que te ha herido no lo ha hecho bien y deberá responder ante sus actos. Pero eso no impide que puedas ponerte en su lugar por un momento y tratar de entender sus razones. Empatizar con las circunstancias de quien te ha herido, te ayudará a perdonar con mayor facilidad.

 

TEMA P. GREGORIO

  ¿Qué HACER? Cada minuto alguien deja este mundo atrás. Todos estamos en “la fila” sin saberlo. Nunca sabremos cuántas personas están d...