La vida y las pequeñas cosas.
P. Gregorio Mateu
A
menudo sueño con grandes proyectos en mi trabajo. Sueño con irme de misiones.
Sueño con cambiar el mundo a gran escala. Quiero que lo sepan, que se enteren,
que me aplaudan. Imagino algo tan grande
que haga que mi vida merezca la pena.
Mi
vida no es en vano. Vale la pena. Tal vez no tenga seguidores, puede que muchos
no conozcan mi entrega. No importa. Jesús me espera en el presente. En lo oculto de mi día. En
esa realidad pequeña que yo no valoro tanto. En mi familia y su realidad. En mi
trabajo pequeño del que no puedo presumir. Es ahí donde Dios me pide que me
entregue, sin grandes aspavientos. Quiere que no que me reserve para grandes
cosas.
Dios quiere que viva a fondo lo que me toca vivir
hoy. Vivir cada día tomando el regalo que ese día Dios
me entrega. Ser fiel en lo pequeño es vivir abierto a lo que Dios me regala. Es
buscarlo y dejarme encontrar en mi vida por Él. Les decía el papa Francisco a
los jóvenes en Cracovia: “Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver
que el mundo con vos puede ser distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti
mismo, el mundo no será distinto. Es un desafío. El tiempo que hoy estamos
viviendo, no necesita jóvenes-sofá, sino jóvenes con zapatos; mejor aún, con
los botines puestos. Este tiempo sólo acepta jugadores titulares en la cancha,
no hay espacio para suplentes. El mundo de hoy les pide que sean protagonistas
de la historia porque la vida es linda siempre y cuando queramos vivirla,
siempre y cuando queramos dejar una huella”.
Quiero
darle las gracias a Dios por estar
conmigo cada día. Quiero dar mi vida por El, levantarme de mi comodidad,
ponerme en camino. Tomar esa cruz que a veces me pesa y entregársela. Pienso
que cada día tiene un secreto especial.
Mi
vida no es en vano. No necesito grandes experiencias místicas que me saquen de
la rutina de mi vida. Pienso en Belén y en Nazaret. ¡Cuántos días cotidianos
sin nada especial! Sólo Dios tocando la tierra. Y es ahí, en mis horas diarias,
donde Dios me pide que sea fiel y alegre. Agradecido.
Pienso
que lo más importante es aprender
a vivir. Lo que importa es cómo me entrego, no lo que hago. Eso es
ser fiel en lo pequeño. Honesto en lo
que nadie ve, en lo que no me van a pillar, en lo escondido y poco
relevante.
¿Cómo
trato a las personas que trabajan conmigo? Ser fiel en lo pequeño tiene una
connotación. Quiero pensarlo. Me gustaría que Jesús modelara mi corazón a su
medida. En lo pequeño y en lo grande. En lo escondido y en lo visible.
Cumplir
en mi trabajo, no mentir, hacerlo con alegría, ayudar al que sabe menos sin
pensar que puede quitarme después mi lugar. Ser como soy siempre, no sólo a
veces. Que mi palabra tenga valor. No criticar a otros para quedar bien yo. Pienso que mi vida se juega siempre en lo
pequeño.
Padre Gregorio, gracias por mantener este blog abierto. Lo sigo desde hace muchos anos, cuando era joven y me sentia perdida en este mundo, buscando en el internet encontre su blog y ha sido una guia y referente espiritual desde ese entonces. Ahora ya adulta, vivo una fe que me hace sentir completa y feliz. Le mando un gran abrazo.
ResponderEliminar