Antoine de
Saint-Exupéry, autor de "El Principito”, en un período particular de su
vida, escribió esta bella oración a Dios para pedirle un regalo raramente
invocado:
"No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria.
Enséñame el arte de los pequeños pasos. Hazme hábil y creativo, para notar a
tiempo en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, los conocimientos y
experiencias que me atañen personalmente.
Ayúdame a distribuir correctamente mí tiempo: dame la capacidad de distinguir
lo esencial de lo secundario. Te pido fuerza, auto-control y equilibrio para no
dejarme llevar por la vida y organizar sabiamente el curso del día. Ayúdame a
hacer cada cosa de mi presente lo mejor posible, y a reconocer que esta hora es
la más importante.
Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien.
Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los
fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar. Envíame en el momento
justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor. Haz de mí un
ser humano que se sienta unido a los que sufren.
Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin
palabras. No me des lo que yo pido, sino lo que necesito. En tus manos me
entrego. ¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!"
25 junio 2021
REFLEXION - ORACION SAINT-EXUPERY
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